miércoles, 13 de mayo de 2009

Cronología de los sucesos que desembocaron en la actual situación de los elencos artísticos del Teatro General San Martín de la Ciudad de Buenos Aires

Desde el tiempo de la dictadura militar hasta hoy, siempre existió en el Teatro San Martín (T.S.M.) el miedo a reclamar lo básico, lo justo, y el miedo a organizarse. La extrema inestabilidad de los trabajadores artísticos y sus plantas (que nunca fueron creadas haciéndolas totalmente vulnerables ante cualquier cambio económico, administrativo o político) dejaban en una situación de indefensión total al trabajador ya que tácita o explícitamente, eran amenazados con la cancelación de sus contratos o la disolución de toda la planta. Este miedo tuvo que ser superado cuando cuatro bailarines sufrieron fracturas de menisco que desembocaron en operaciones de 5.000 $ cada una. Destacándose uno de ellos por haber sido obligado a bailar con el menisco roto; y otro por no haberse operado por falta de recursos económicos teniendo, luego, que renunciar. A otra de las operaciones no se le respetó el alta progresiva, volviéndose a lesionar la zona operada; y, por último, la fractura del tabique nasal de una bailarina que afectó su capacidad respiratoria, hicieron que los integrantes del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín (B.C.T.S.M.) tomaran conciencia de las precarias condiciones en las que trabajaban. Decidieron, entonces, peticionar a través de una carta (enviada jerárquicamente desde el director del ballet hasta el Jefe de Gobierno) una A.R.T.
El documento nunca salió del despacho del Director del T.S.M., el señor Kive Staiff, quién se sintió "ofendido" por el petitorio que tenía por único objetivo abrir el dialogo, buscando una solución al problema. Como los accidentes y operaciones continuaban (fractura de Labrum de cadera) los bailarines decidieron agremiarse a ATE porque, más allá de la especialidad y la situación contractual, eran trabajadores del estado.

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